La menor de las Williams, está seguramente en
su mejor momento. Es la actual
número 1, por delante de figuras como Sharapova, Azarenka o Radwanska. En 2013, ha ganado
Roland Garros y numerosos Masters 1000.
En casi todos sus partidos, arrasa a sus rivales con resultados abrumadores. Está en buen momento para conquistar el US OPEN, poniendo un broche de oro perfecto para su año.Hablar de sus victorias no es noticia, la noticia es cuando pierde alguna final.
Durante su trayectoria deportiva, ha pasado por momentos complicados. Con
16 años ya era profesional, lucía un físico increible, una potencia impresionante. Su relación con las rivales, prensa, seguidores no era muy fluida. En cada derrota, reventaba raquetas a golpes y mostraba su lado más agresivo. Serena no gozaba del cariño del Tenis en general, aunque todos conocían sus grandes cualidades. A pesar de todo, su
palmarés es envidiable, sus mísiles en forma de saque eran su mayor arma.
Sin embargo, algo cambíó en la estadounidense en la
era 3.0. La madurez le ha sentado muy bien, en su juego y su personalidad. Ahora
lee mejor los partidos, muestra gran frialdad en sus movimientos. Cuando resta o lanza su derecha, sus adversarios sólo pueden mirar. Intimida a los rivales, hace meses Sara Errani consiguió hacerle un juego y estaba eufórica. Nadie se atreve a discutir la supremacía, sus compañeras la consideran la mejor sin duda.
A nivel personal, vemos una Serena feliz. Saluda a sus rivales efusivamente, siempre sonríe, es más cercana con los aficionados.Dedica palabras en el idioma local cuando gana torneos, son gestos que agradan a los seguidores.
Quiere ganar, pero no de cualquier manera. Le gusta sentirse querida, sonríe porque se siente una privilegiada. Su perfil en las redes sociales lo siguen millones de fans. Este cariño, ha sido fruto de su transformación 3.0.
"La pantera" ruge como nunca, pero tiene momentos de suavidad. Serena ha conquistado el mejor título, el respeto y cariño del mundo del Tenis. Es el mayor regalo, de una época de éxitos ahora incuestionables. En Estados Unidos, puede volver a gritar para celebrar su gran cambio.
Desde la primera retirada de Justine Henin, Serena es la mejor tenista del circuito. Prefiero a una tenista como Henin, más técnica, con un físico menor, pero Serena abruma a cualquier rival.
ResponderEliminarNo obstante, creo que Serena es arrogante en exceso en alguna ocasión, ha tenido exabruptos con jueces de silla, y no me gustó el ataque dialéctico que lanzó a Maria Sharapova hace tres meses. Quitando eso, nada que reprochar: es la dominadora y a tragar.
La pantera no conoce la piedad, caer en sus garras es sinónimo de derrota.
ResponderEliminar